miércoles, 13 de diciembre de 2006

MEMORIA O DESMEMORIA HSTORICA.III

Traduzco literalmente este articulo de "el plural" La Ley de la Memoria Histórica, que el Gobierno vuelve a impulsar, desata el rechazo frontal de la derecha. Temen los conservadores que este proceso acabe poniendo de relieve las muchas monstruosidades ocultas -o desdibujadas o desteñidas- que caracterizaron cuarenta años de tiranía cruel y sanguinaria. En el imaginario colectivo de los partidarios -por acción o por omisión- de la dictadura, Franco es considerado como un milagroso cirujano de hierro que se vio impelido a intervenir para salvar a España de las garras del comunismo, el ateísmo y el separatismo. Con el paso del tiempo, el Caudillo habría ido atemperando paulatinamente la terapia, mientras que él iba convirtiéndose en un anciano bondadoso, garante de la paz y del orden, bases sobre las cuales el desarrollo económico consiguió transformar el país sacándolo de la miseria a la que la II República lo habría condenado. Incluso cabría atribuirle buena parte del tránsito a la democracia, pues él ya habría intuido con su admirable clarividencia que, recuperada España de sus males casi congénitos -aquellos famosos "demonios familiares" a los que él aludía con frecuencia-, una Monarquía parlamentaria podría ser hasta conveniente y aceptable. Este cúmulo de falsedades, que tanto agradan a los historiadores revisionistas, como Pío Moa o Ricardo de la Cierva, entre otros manipuladores profesionales, acompañaron en parte el período de la Transición. Entonces el horno no estaba para demasiados bollos y, por fortuna, se impuso el pragmatismo. No hubo ajuste de cuentas contra quienes se levantaron en armas contra la legalidad republicana. Ni fueron juzgados por sus crímenes ni siquiera fueron examinadas sus fortunas y sus botines de guerra. La Ley de la Memoria Histórica tampoco va a hacer ni una cosa ni la otra. De lo que se trata ahora es de rehabilitar a los vencidos –lo que no significa silenciar errores, desmanes y excesos- y proyectar la luz sobre un régimen ominoso y terrible. Al fin y al cabo, Franco no habría triunfado militarmente sin la ayuda de los nazis y de los fascistas. De Hitler y de Mussolini. Ese portentoso cirujano de hierro era el amigo de dos genocidas. Los cuales -acabada la guerra civil española, que fue el preludio o el prólogo de lo que vino meses después- provocaron la Segunda Guerra Mundial. La paz de Franco fue la paz de los cementerios. Los herederos de quienes ovacionaban al dictador y se beneficiaban de su dictadura se oponen ahora a la Ley de la Memoria Histórica. Les da pánico la verdad.
En efecto, la dictadura posterior a la república y a la guerra, no intentó jamás la paz y la reconciliación, sólo el imperio basado en la victoria, el aplastamiento total del enemigo, del caído, que no vencido, porque las ideas sólo pueden ser vencidas por otras ideas superiores, jamás por la violencia. Y una de las más poderosas formas para lograrlo fue la ocultación y la tergiversación. El fascismo siempre ha puesto en primera fila la Publicidad y Propaganda de sus actos y la censura, y ocultación de los que no interesaban. Numerosos ejemplos han llegado a nuestros días: ocultación y negación de las matanzas de Badajoz, Mérida, Toledo; tergiversación sobre los bombardeos de la Legión Cóndor (admitidos por alemanes y negados todavía por seudohistoriadores españoles) sobre Guernica y Durango; ocultación de la feroz represión posterior a las batallas en todos los pueblos en los que llegaba el franquismo, con fusilamientos sin juicio, sacas de cárceles, campos de prisioneros, trabajo esclavo, etc. etc. Cuando ya se ven muy pillados, con estos datos reales, no sólo de historiadores, sino de corresponsales extranjeros, se apoyaron en periodistas afines, en historiadores afines, el más famoso Bolloten, que escribieron hagiografías del franquismo. Después de 40 años de dictadura y 30 de transición seudofranquista, comienzan a llegar documentos, consecuencia de los ficheros y archivos internacionales, que se han abierto con el transcurso de los años. Se empiezan a estudiar los hechos, se editan innumerables tesis doctorales, y cómo no, también se financian por el bando vencedor “falsos profetas” que tratan de justificar los hechos, más que referirlos. Y llegamos entonces al momento actual, en el que nosotros, hijos y nietos de los que lo vivieron, no tenemos más imaginación que ellos, sino que tenemos más datos, al tener los archivos y documentos que ellos no tuvieron. El tiempo de la memoria NO se ha pasado. No estamos haciendo nostalgia, estamos recuperando lo que se nos vetó.

3 comentarios:

Duende Crítico dijo...

Hablas de una ley de la memoria histórica. La verdad es que creo que las intenciones son muy buenas ya que se pretende reconocer a todos los que murieron en una guerra cainita sin corazón.

Aun así, tengo un pero. Creo que esta ley tendría que estar supervisada por historiadores de todas las tendencias (aunque suene raro porque un historiador no debería hacer sus estudios a partir de la ideología) y no sólamente comandada por políticos. La especialización de las leyes es una necesidad para no caer en muchos errores.

Un saludo

Anónimo dijo...

Duende critico, tu comentario es muy respetable y creo que lo haces porque no quieres caer en injusticias. Veras. Hay miles de personas en esta España nuestra, que un buen día supieron que su padre, hermano, novio, etcétera, había sido fusilado por el “delito” de defender la constitución y sin siquiera tuvieron la oportunidad de un juicio; estas familias españolas, lo único que pretenden es enterrar a sus muertos, solo eso, enterrar a sus muertos. Esta ley llega con algo de retraso, pero está bien, gracias a Zapatero, nuestros muertos, los que murieron por defender nuestra Republica, descansarán en paz. Los historiadores que se quede en las bibliotecas repasando la historia que el fascismo rasgueó. Espetemos a nuestros caídos, los que dieron su vida por defender el legitimo estado de derecho.

Salud.

Ciudadano

Naveganterojo dijo...

Amigos,visito vuestros dos blogs,y he llegado a una conclusion,los tres pensamos igual,la unica diferencia es que unos nos escoramos hacia la izquierda un poco mas que otros,je,je.
Saludos a los dos.